Época: Intermedia-Sud
Inicio: Año 500
Fin: Año 1000

Antecedente:
Las culturas de América del Sur



Comentario

Hacia el 500 d.C. los grupos agricultores con cerámica están ya ampliamente distribuidos por la cuenca del Orinoco, Amazonas y las Guayanas e islas del Caribe, y antes del año 1.000 d.C. llegan al este de Cuba y las tierras bajas de Argentina. En Brasil persisten grupos de cazadores y recolectores. Las tradiciones Taquara y Uná siguieron expandiéndose y en Rio Grande do Sul comenzó la tradición Vieira, caracterizada por el estampado dentado sobre grandes vasijas de base plana.
De mayor impacto fue la tradición Tupí Guaraní a lo largo de la costa desde el 500 d.C. Rojo y negro sobre blanco, corrugado y bruñido es el tratamíento de superficie más común en esta tradición, aunque estas técnicas decorativas están distribuidas en diferentes zonas, dando lugar a diversas subtradiciones.

Los sitios de habitación Tupí Guaraní permanecen pocos años en un mismo lugar y constan de casas circulares u ovales que se distribuyen en torno a una amplia plaza. La presencia de platos para asar y la asociación de los sitios con el bosque manifiestan una agricultura de tala y roza con énfasis sobre la mandioca amarga. Los enterramientos son aislados y se colocan en urna a veces dentro o junto a una casa y otras en el centro de la plaza.

También en el norte de Argentina se inició la manufactura de la cerámica en sitios de la fase Las Mercedes. La decoración incisa y pintada es reminiscente del estilo La Aguada de conexiones andinas. No hay evidencia de agricultura, aunque sí de recolección, caza y pesca.

En la Amazonía la cerámica polícroma se expandió cada vez más internándose en el río Negro. En la boca del Amazonas la fase Marajoara declinó en complejidad, con cerámica decorada con excisión, incisión, engobe rojo, estriado y aplicado. El alto relieve y modelado se aplicaron para simular algunas partes anatómicas en las urnas antropomorfas. Como en todas las tradiciones amazónicas, los instrumentos en piedra son raros, ya que se prefiere utilizar otros de madera que no dejan huella en el registro arqueológico.

En cuanto al Orinoco Medio, la tradición Ronquinoide deja paso a la serie Arauquinoide, que enfatiza el modelado y las líneas incisas paralelas cercanamente espaciadas, a veces acompañadas por excisión y puntuación. La evidencia sugiere una mayor interacción entre las comunidades del Orinoco y del Amazonas. En el Bajo Orinoco la serie Barrancoide comienza a simplificarse hacia el 750 d.C., marcando la decadencia de la vida de poblado. En Puerto Rico, las series Saladoide fueron reemplazadas hacia el 650 d.C. por un estilo diferente denominado Ostinoide. La pintura blanca fue abandonada, siendo más popular un engobe rojo pulido con diseños a base de adornos geométricos o de cabeza de sapo, aplicado en los bordes e incisión. Algunos autores defienden que éste es un cambio local, aunque hachas petaloides, sellos de cerámica e ídolos de piedra de tres puntas, zemis, parecen indicar su naturaleza foránea. Se asocian a él juegos de pelota y bolas de piedra. Muchos de estos rasgos aparecen en Trinidad y en gran cantidad de islas de las Antillas a finales de esta etapa.